Para estudiar las propiedades de una onda sonora, el físico alemán August Kundt concibió un dispositivo que hoy lleva su nombre:
Un tubo transparente, de largo conocido y lleno de aire, es excitado por un altoparlante de frecuencia variable. El extremo opuesto se mantiene abierto.
El interés principal de este experimento, es de mostrar que una onda no siempre puede propagarse en el tubo. Para una frecuencia arbitraria, el movimiento de las moléculas de aire es débil y aleatorio.
Pero lo que buscaba sobre todo August Kundt eran las condiciones muy específicas de resonancia.
Mostró que para ciertas frecuencias, en función de la longitud del tubo, aparece una onda.
Se trata de una onda estacionaria, ya que ella no se propaga.
Ésta se parece más a una vibración localizada que a una onda, aunque se trata en efecto de la onda que resulta de la suma de dos ondas progresivas de igual frecuencia y amplitud, pero que se propagan en direcciones opuestas.
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La forma de una onda estacionaria es muy característica. Ella se reconoce en sus nodos de vibración (lugar de los puntos que se encuentran inmóviles a todo instante)…
…y en sus vientres de vibración (lugar de los puntos que vibran con amplitud máxima).
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Retendremos también que existen muchas frecuencias de resonancia, y que cada una genera una forma de onda estacionaria distinta.